Aliviar a la población de las zonas aisladas
En la Fundación, la movilización solidaria se refuerza en cada episodio de frío extremo. Nevadas importantes, bajas temperaturas, viento helado y persistencia de estos factores crean condiciones de fuerte vulnerabilidad social y de riesgo humanitario. Por su alejamiento y su falta de acceso principalmente a los servicios de salud, las regiones montañosas y las localidades rurales son las más afectadas por el frío extremo.
Los habitantes sufren muy especialmente cuando los aduares se encuentran aislados y los accesos a los recursos alimentarios y médicos están limitados. El apoyo a estas poblaciones constituye un reto máximo de solidaridad y de cohesión social. La Fundación, apoyando las acciones conducidas por el Estado (rehabilitación y securización de las carreteras, asistencia a los sin techo, medios de calefacción, atención sanitaria urgente, etc.), se moviliza en favor de la población vulnerable. Les aporta ayuda y asistencia sobre el terreno para quitarles de encima el impacto del frío.
Esta ayuda humanitaria, en forma de reparto de un kit de productos alimenticios y de mantas, se asigna a cada familia procedente de los aduares aislados. La Fundación organiza igualmente, según las situaciones de crisis, caravanas médicas para llevar los primeros auxilios, dar acceso a los medicamentos y evacuar los casos difíciles.